Salí del pueblo pa’ ver las fiestas,
la Lola Flores y el Cordobés.
Salí del pueblo pa’ ver las fiestas,
la Lola Flores y el Cordobés.
Iba contento con mi ‘biscuter’
y mi carnet de la conducción.
Había un peligro en la carretera
no me importaba porque era yo.
Ole ole, arsa Ole.
En una curva me tragué un burro
sin luces rojas de situación.
En una curva me tragué un burro
sin luces rojas de situación.
Y entre los gritos ‘Josú y María’
necesitaba una transfusión.
Y entre los gritos ‘Josú y María’
necesitaba medicación. ¿Y Que pasó?
El tio Calambres me dió su sangre
me dio su sangre pa’ mi salud.
El tio Calambres me dió su sangre
me dio su sangre en la transfusión.
Y ahora que que que que que que que que
que que que que no puedo cantar Que le pasa tio Calambres, Que le pasa
Y ahora que que que que que que que que
que que que que no puedo cantar
Maldito sea el tio Calambres
que dio su sangre pa’ mi salud.
Así se muera el tio Calambres
que dio su sangre en la transfusión.
Porque no pue pue pue pue pue pue pue
pue pue pue pue puedo ni dormir.
Porque no pue pue pue pue pue pue pue
pue pue pue pue puedo ni dormir. Asi se canta, niño los pelos
Salí del pue pue
pa’ver las fie fie
la Lola Flo Flo
y el Cor Cor Cor
Y me preguntan que me ha pasaoo
que hablo de lado y todo al revés.
Y hablo de la la la la la la la
la la la la la la la la la.
Y hablo de la la la la la la la
la la la la la lado porque es así.
Ooohh oooh, ooo ooo que¿?
Ooole, ole así sí.
Ole.
Maldi di sea el tio Calam lam
que dio su san san
pa’ mi sal sal.
Así se mue mue el tio Calam lam
que dio su san san
pa mi sal sal.
Porque no pue pue pue pue pue pue pue ( Aqui se revolucionan )
pue pue pue pue puedo ni dormir
Y ahora que que que que que que que
que que que que no puedo cantar.
Porque no pue pue pue pue pue pue pue
pue pue pue pue puedo ni dormir.
Sen sen se se acabó.
En Rojo, el que no para de preguntar.
Me encanta esta canción. Pedazo de descubrimiento.
Sosuke, un niño de cinco años, vive en lo más alto de un acantilado que da al mar. Una mañana, mientras juega en una playa rocosa que hay bajo su casa, se encuentra con una pececita de colores llamada Ponyo, con la cabeza atascada en un tarro de mermelada. Sosuke la rescata y la guarda en un cubo verde de plástico. Ponyo y Sosuke sienten una fascinación mutua. Él le dice: “No te preocupes, te protegeré y cuidaré de ti”. Sin embargo, el padre de Ponyo, Fujimoto, que en otro tiempo fue humano y ahora es un hechicero que vive en lo más profundo del océano, la obliga a regresar con él a las profundidades del mar.





